Nuestro cliente era el informático de una empresa familiar. Recibió la orden de traspasar el contenido web del dominio .es a un dominio .com, bajo el pretexto de salvaguardar la base de datos de negocio.
Nadie le comunicó que el dominio .com solo era propiedad de uno de los socios de la empresa.
Una vez desatada la controversia entre los socios, el cliente tuvo que enfrentarse a una acusación del socio perjudicado por cooperar en la ejecución de un presunto delito de revelación de secretos, que suponía penas de privación de libertad, por haber facilitado el traspaso no autorizado de la información reservada de la empresa.
Para evitar la condena, tuvimos que demostrar que el informático no tuvo conocimiento de las diferencias entre los socios en el momento de ejecutar el traspaso de información y que su intervención se limitó a la ejecución de una decisión empresarial. Lo conseguimos. Si quieres saber cómo, busca en nuestro sitio web y lo encontrarás.